para una Carta Constitutiva
de la FAMILIA DEHONIANA
y
una propuesta de Estatutos
para los LAICOS DEHONIANOS
ROMA, abril 2000
A los participantes
del Encuentro de la Familia Dehoniana
Roma, 8.14. 10. 2000
Aquí os presentamos los dos textos, elaborados por el Comité de preparación, como instrumento de trabajo para el próximo encuentro internacional de todos los compenentes de la Familia Dehoniana.
El 1º de los textos se refiere a la "Familia Dehoniana". En él se ha buscado señalar: naturaleza, características, significado; criterios de pertenencia.
Cuáles son sus diversos componentes; la relación entre ellos; el cometido de los SCJ en la Familia Dehoniana. La herencia espiritual común.
Se nos define ya como "Familia", que se construye en torno al carisma P. Dehon y, por tanto, por la comunión vital entre los varios componentes. Se excluye la hipótesis de organizarse como una "Segunda" o "Tercera Orden".
El 2º de los textos es un acercamiento a los "Laicos dehonianos", como ha sido solicitado por por el XX Capítulo General de los SCJ. El tema de discusión está bien definido y circunscrito. De hecho no se trata de hablar de los "laicos cristianos", colaboradores de los SCJ en las actividades pastorales. Ni tampoco de los "laicos cristianos", que viven la espiritualidad del Sdo. Corazón de Jesús, según Sta. Margarita María, o siguiendo a los PP. Jesuitas. Se trata de "Laicos Dehonianos", es decir, de aquellos cristianos que viven su bautismo, inspirados por la espiritualidad del Corazón traspasado de Jesús, tal como es sentida y vivida por el P. Dehon.
Esto es por lo que en los dos textos viene puesta en su justo relieve la figura del P. Dehon y evidenciada su espiritualidad, centrada en el Corazón de Cristo, en los elementos de la herencia común a toda la Familia Dehoniana ( texto 1º ) y en algunos valores específicos para la vida laical ( texto 2º).
Al prepararos para el próximo encuentro de octubre, en el que los dos textos serán objeto de discusió &emdash; valoración &emdash; reelaboración, estáis invitados ya desde ahora a dar respuesta a la cuestión de fondo: "¿Os encontráis (como SCJ, Consagrados/as, Laicos Dehonianos en las líneas de fondo de estos dos textos?".
Os deseamos un buen trabajo, a la espera de poder decirnos "arrivederci" en Roma.
Roma, 2. 04. 2000
Texto 1º FAMILIA DEHONIANA
("Instrumentum laboris" para la Carta Constitutiva)
1. Llamados a hacer fructificar el carisma dehoniano según las exigencias de la Iglesia, vivimos hoy como SCJ, Consagrados/as, la herencia del P.Dehon.
2. El "carisma" del P. Dehon , como padre dela Familia Dehoniana, consiste en aquella inspiración evángélica, en su intuición originaria del misterio de Cristo; inspiración que ha guiado su vida espiritual y, según la cual ha respondido a las exigencias pastorales de la Iglesia y a los desafíos de su tiempo.
En cuanto don del Espíritu a la Iglesia, el carisma de un fundador es acogido por sus discípulos según el propio estado de vida: sacerdotal, religioso, laical. Como "patrimonio hereditario" se conserva e interpreta con fidelidad dinámica.
De hecho, el carisma del P. Dehon es el que nos cualifica a todos, individualmente o en asociaciones, como "dehonianos en la Iglesia y en el mundo". Participando de este carisma, en la Iglesia llegamos a ser hijos del P. Dehon, hermanos y hermanas entre nosotros.
3. La experiencia de fe del P. Dehon y de sus primeros discípulos, religiosos y laicos; la experiencia espiritual de los "Oblatos" del Corazón de Jesús, como la de las "Siervas del Corazón de Jesús" de la M. María Rosalía Oliva Uhlrich, y de las "Religiosas del Corazón de Jesús" de la M. María Verónica, están el origen de la "espiritualidad" dehoniana, en la que todos estamos llamados a vivir como camino personal de santidad.
Puesto que toda espiritualidad cristiana está contextualizada en un determinado período histórico y condicionada por influjos culturales, nosotros somos invitados a vivirla actualizada en nuestro tiempo, a la luz del progreso teológico y en sintonía con la sensibilidad espiritual actual.
Para los que son llamados, condividir la espiritualidad dehoniana es pues una exigencia de la vocación universal a la santidad, vivida según el propio estado de vida. Se trata de corresponder a una verdadera "vocación" personal", que exige discernimiento, acompañamiento espiritual y una camino de formación.
Lo que ha identificado desde los comienzos y distingue, todavía hoy, a los "Sacerdotes del Corazón de Jesús" de otros institutos de la Iglesia es la espiritualidad. Del mismo modo es la espiritualidad lo que distingue a los miembros y componentes (consagrados/as y laicos) de la Familia Dehoniana de otras agregaciones eclesiales.
4. En cuanto don del Espíritu a la Iglesia, el carisma de un Fundador comporta también "un servicio a realizar en la Iglesia"; es la "misión" a la que un Fundador es llamado y enviado.
La misión de la Familia Dehoniana, en los diferentes cometidos de los diversos componentes, debe ser también hoy expresión concreta del carisma del P. Dehon; forma parte de la herencia recibida.
Estamos todos "llamados" y "enviados" para la misión como consecuencia del bautismo; estamos además "consagrados" para la misión también por la consagración específica de nuestro estado de vida.
La misión dehoniana no viene identificada desde una concreta y unívoca actividad apostólica ; pero nos pide "instaurar el Reino del Corazón de Jesús en las almas y en la sociedad", animados y estimulados por nuestra espiritualidad característica.
Se colabora a la instauración de este Reino con la oración y con um compromiso concreto. Además, para cualificarse como "dehoniano", se exige condividir la espiritualidad del P.Dehon, más allá del colaborar en las actividades pastorales de los SCJ.
5. Toda espiritualidad se concretiza en un estilo de vida personal; orienta la misión en la Iglesia, con acentos privilegiados en el anuncio y en el testimonio evangélico; recurre a signos visibles por medio de los cuales manifiesta la propia identidad.
6. La pertenencia a la Familia Dehoniana exige que se realicen y verifique juntas algunas condiciones:
a. Reconocer al P.Dehon como el "padre espiritual" de la propia vida en la Iglesia.
b. Participar en el carisma, compartiendo la espiritualidad y el servicio a la misión, según el propio estado de vida: laical, sacerdotal o religioso. Sólo con esta modalidad de participación, el carisma del P. Dehon se extiende cualitativamente en la Iglesia.
c. Reconocer a los religiosos SCJ, y ser reconocidos por estos, como "hermanos y hermanas" de la misma Familia.
En cuanto que es la primera realización histórica del carisma del P. Dehon, reconocemos en los SCJ a nuestros hermanos mayores, los que garantizan la fidelidad dinámica en la interpetación del carisma y en la actualización de la Familia Dehoniana.
II. Los componentes de la Familia Dehoniana
(En este segundo punto se indican los posibles componentes de la Familia Dehoniana, en el respeto de sus características particulares y su organización autónoma).
7. Componentes de la Familia Dehoniana son los "Sacerdotes del Corazón de Jesús"(SCJ), algunos Institutos de consagrados/as que quieren adherirse, los Laicos Dehonianos: en cuanto que todos reconocemos al P. Dehon como "el Padre" de la propia vida espiritual y nos reconocemos hermanos / hermanas partícipes del mismo carisma, espiritualidad y misión.
7.1 Como Sacerdotes del Corazón de Jesús, somos religiosos consagrados con votos en un instituto apostólico, uniendo de manera explícita nuestra vida religiosa y apostólica a la oblación reparadora de Cristo al Padre por los hombres.
7.2 Como consagrados/as, sabemos que, los que iniciaron nuestros Institutos, nos han transmitido el carisma del P. Dehon. Vivimos este carisma en obediencia, castidad y pobreza segun la consagración típica de cada uno de nuestros Institutos.
7.3 Como Laicos dehonianos, con compromiso indiviadual o también asociativo,vivimos la dimensión laical del carisma y espiritualidad del P. Dehon, instaurando el Reino del Corazón de Cristo en el ámbito propio nuestro de la secularidad.
El "Laicado dehoniano" está identificado según el documento anexo a esta" Carta Constitutiva".
8. La comunión de diversas vocaciones en el mismo carisma requiere el respeto de la propia especificidad y diversidad, y la plena autonomía organizativa.
Nos constituimos, por tanto, en "Familia Dehoniana", no por dependencia y subordinación entre los diversos compinentes y tampoco a causa de un poder los Superiores SCJ sobre los otros componentes en los respectivos países, sino por la comunión vital en el mismo carisma, aunque sea vivido en formas y modalidades diferentes, y por el debido reconocimiento por parte de la autoridad competente SCJ.
Para garantizar y promover la comunión de vida, se pide a los SCJ de asumir el compromiso de asistir espiritualmente los otros componentes, especialmente en el camino formativo. para esto es oportuna la referencia a una comunidad religiosa, y al respectivo Superior Mayor SCJ, del propio país.
III. La herencia común de la Familia Dehoniana
(En este tercer punto se señalan los contenidos de la espiritualidad y de la misión, inherentes al carisma del P. Fundador, y que constituyen la herencia común de toda la Familia Dehoniana)
9. Carisma participado. Discípulos del P. Dehon, nos acercamos al misterio de Cristo, a través de su Corazón herido, bajo la guía del Espíritu.
El costado abierto y el Corazón traspasado del Salvador son, para el P. Dehon, la expresión más evocadora de un amor gratuito del que él experimenta la presencia activa en su prpia vida.
10. Espiritualidad compartida. El P. Dehon es muy sensible al pecado que debilita a la Iglesia, especialmente por parte de las almas consagradas.
Conoce los males de la sociedad: estudió atentamente sus causas en el plano humano, personal y social . Pero descubre como la causa más profunda de esta miseria en el rechazo del amor de Cristo.
Dolido por este amor incomprendido, quiere dar una respuesta reparadora con una unión íntima al Corazón de Cristo, y con la instauración de su Reino en las almas y en la sociedad.
11. Comprometidos de este modo con Cristo, para remediar el pecado y la falta de amor en la Iglesia y en mundo, le ofreceremos, con toda la vida, las oraciones, las fatigas, sufrimientos y alegrías el culto de amor y reparación que su Corazón desea (cf NQ XXV,5 ).
12. Entendemos la reparación como acogida del Espíritu (cf 1Ts 4,8), como una respuesta al amor de Cristo por nosotros, como comunión en su amor al Padre y cooperación a su obra de redención en el mundo.
13. La vida de oblación, suscitada en nuestros corazones por el amor gratuito del Señor, nos hace conformes a la oblación del que, por amor, se ha entregado totalmente al Padre y totalmente a los hombres.
14. La vida de reparación será vivida, a veces, en la ofrenda de los sufrimientos llevados con paciencia y abandono, en la oscuridad y soledad, como una eminente y misteriosa comunión en los sufrimientos y en la muerte de Cristo para la redención del mundo.
Estoy contento de los sufrimientos que soporto por vosotros y completo en mi carne aquello que falta a los padecimientos de Cristo a favor de su cuerpo que es la Iglesia (Col 1,24).
15. Estos valores típicos de la espiritualidad dehoniana se concretizan en un estilo de vida, hecho de abandono y confianza en Dios, de cordialidad y misericordia con las personas, de comunión y disponibilidad para con los hombres.
Utilizamos con gusto aquellos signos visibles, que manifiestan nuestra espiritualidad como son la Adoración reparadora, el Primer Viernes de mes, la solemnidad del Corazón de Jesús; las imágenes del Corazón de Jesús, las fotos del P. Dehon.
16. Al servicio de la misión. Como todo carisma en la Iglesia, nuestro carisma profético nos pone al servicio de la misión salvífica del Pueblo de Dios en el mundo de hoy (cf. LG 12).
Para el P. Dehon a esta misión, en espíritu de oblación y de amor, pertenece la adoración eucarística, como un auténtico servicio de la Iglesia ( cf. NQ, 1.3. 1893).
"y el ministerio entre los pequeños y humildes, de los obreros y de los pobres" (cf Souvenirs, XV), para anunciarles las inescrutables riquezas de Cristo (cf.Ef 3,8).
17. Cristo ha rogado para que llegue el reino, que ya está a la obra en medio de nosotros. Siguiendo al P.Fundador, según los signos de los tiempos y en comunión con la vida de la Iglesia, queremos contribuir a instaurar el reino de la justicia y de la caridad cristiana en el mundo (Souvenirs, XI).
18. Atentos a las llamadas del mundo, seguimos al P. Dehon quien siempre ha sido solícito en el estar presente entre los hombres de su tiempo, especialmente los pobres: aquellos a los que faltan recursos, motivos para vivir, faltos de esperanza.
Por tanto su apostolado se ha caracterizado por una atención extrema a los hombres, especialmente a los más indefensos, trabajando para que la comunidad humana, santificada en el Espíritu Santo, llegue a ser una oblación agradable a Dios (cf.Rom 15,16).
19. participando en la construcción de la ciudad terrestre y en la edificación del Cuerpo de Cristo, en nuestro modo de ser y de obrar debemos testimoniar y trabajar por la reconciliación , la solidaridad entre los pueblos; por el diálogo interreligioso, por la unidad de los cristianos.
20. En la actividad pastoral, privilegiamos el anuncio del amor de Dios y su ternura, haciendo descubrir el rostro de un Dios amor; el rostro de Dios, que es el de Cristo que se compadece de todos.
De todos sus hijos el P. Dehon espera, de hecho, que sean profetas del amor y servidores de la reconciliación de los hombres y del mundo en Cristo.
21. Eucaristía. El P. Dehon ha encontrado en la Eucaristía el momento privilegiado para realizar su su adhesión a Cristo, adhesión que proviene de la intimidad del corazón y que se realizará durante toda su vida, especialmente en su apostolado; adhesión que se manifiesta y concentra enel sacrificio eucarístico, de tal modo que toda su vida llega a ser una misa continua (cf. Couronnes d’amour, III, 199).
De hecho "toda nuestra vida cristiana y religiosa encuentra su fuente y cúlmen en la Eucaristía ( cf. LG 11).
22. Llamados a participar en este sacrificio de la nueva Alianza, nos unimos a la oblación perfecta que Cristo presenta al Padre para comunicar con ella mediante el sacrificio de nuestra vida.
23. En relación estrechísima con la celebración de la Eucaristía, en la Adoración meditamos las riquezas de este misterio de fe para que la carne y la sangre de Cristo, alimento de vida eterna, transformen más profundamente nuestra vida.
De este modo respondemos a una exigencia de nuestra vocación reparadora. En la adoración eucarística, queremos profundizar nuestra unión al sacrificio de Cristo para la reconciliación de los hombres con Dios.
24. Con la Virgen María. Como madre de Jesús, María está íntimamente asociada a la vida y a la obra redentora de su Hijo. Como Madre de la Iglesia, vivimos unidos a los misterios de la vida de María para ser asociados más íntimamente a su Hijo.
Con la Virgen de la Anunciacion pronunciamos nuestro "Ecce ancilla" y con la Virgen de la Encarnación nos asociamos al "Ecce venio" del Verbo. Con la Virgen Madre de Belén testimoniamos la venida de Dios en medio de los hombres; la presencia de un Dios, que se hace pobre. Con María de Nazaret somos invitados a vivir en la humildad y en la conformidad con la voluntad de Dios, en la condivisión de los dones, para crecer como Familia Dehoniana en el "Sint unum". Con María peregrina, siguiendo a Cristo apóstol y profeta, nos convertimos en hermanos y hermanas, no por lazos de sangre sino acogiendo la Palabra de Dios. Con María dolorosa al pie de la cruz, se nos invita a la contemplación del costado abierto para entrar en el misterio insondable del Corazón de Cristo.
25. Unidos a Cristo. Llamados por vocación a participar en el crisma del P. Dehon, la espiritualidad dehoniana es para nosotros el camino personal de santidad, constituye el modo de vivir plenamente las bienavuenturanzas evangélicas según el propio estado de vida.
La riqueza de la espiritualidad dehoniana y la variedad consiguiente de las actiitudes son unificadas en nuestra unión a Cristo. Unidos a Cristo en su amor y en su oblación al Padre, se nos invita a descubrir cada vez más la Persona de Cristo y el misterio de su Corazón.
Como discípulos del P. Dehon, queremos hacer, de la unión a Cristo en su amor al Padre y a los hombres, el principio y centro de nuestra vida.
Esta nuestra experiencia de fe tiene su origen en la experiencia de fe del P. Dehon, que es la misma expresada por S. Pablo:"Estoy crucificado con Cristo y ya no soy yo quien vivo, es Cristo quien vive en mí. Esta vida en la carne, yo la vivo en la fe del Hijo de Dios que me ha amado y se ha entregado a sí mismo por mí"(Gal 2,20).
2º Texto LAICOS DEHONIANOS
("Instrumentum laboris", una propuesta de Estatuto )
I. Identidad del laico dehoniano
II. Dimensión laical
del carisma dehoniano: espiritualidad y misión
12. La formación puede trazarse con el siguiente iter:
- formación cristiana de base, entendida como conocimiento y experiencia de
- vida, de fe y de gracia,
- profundizar en la Iglesia como comunión, y participación en sumisión
- conocimiento de la Doctrina social de la Iglesia y presencia sociopolítica.
- formación en los valores de la espiritualidad del P. Dehon (conocimiento,
- adhesión y traducción laical.
- apertura al "Nosotros &emdash; Familia Dehoniana en la condivisión de espiritualidad y misión.
* Es importante tener un lugar privilegiado y asegurar el
acompañamiento personal, que en el discernimiento, lleva
a cada uno a encontrar su puesto y su vocación;
a madurar dones y capacidades y a verificar la coherencia de su vida.
IV. Familia Dehoniana: comunión vital
15. Para la autonomía laical son necesarios espacios, tiempos, iniciativas para favorecer el conocerse y la coordinación a nivel local, nacional e internacional.
16. Las relaciones entre los componentes son vividas en espíritu de comunión, respetando y acogiendo el don de la diversidad.
17. Para promover la espiritualidad dehoniana entre los laicos y una deseada autonomía organizativa es oportuno el pensar en "estructuras" ( Comisiones,...) y en "puntos de referencia" que, al menos a nivel nacional, ( y si es posible también por áreas geográficas) puedan ser operativos, con cometidos de conexión entre las varias realidades laicales.
18. Las comisiones concretas favorezcan la formación de los animadores, asistentes, y la elaboración de oportunos subsidios.
Concluyendo este Instrumentum laboris iluminémonos con el siguiente texto:
"Obreros de la viña son todos los miembros del Pueblo de Dios: sacerdotes, religiosos y religiosas, los fieles laicos, todos al mismo tiempo objeto y sujeto de la comunión de la Iglesia y de la participación en su misión de salvación. Todos y cada uno trabajamos en la única y común viña del Señor con carismas y con ministerios diversos y complementarios. Ya sobre el plano del ser antes aún que en el del obrar, los cristianos son sarmientos de la única y fecunda viña que es Cristo,
son miembros vivos del único cuerpo del Señor edificado en la fuerza del Espíritu...
En la Iglesia-Comunión los estados de vida están entre ellos tan relacionados que están ordenados el uno al otro. Ciertamente común, es más, único es su significado profundo: el de ser modalidad con la cual vivir la igual dignidad cristiana y la universal vocación a la santidad en la perfección del amor .Son modalidades a la vez diversas y complementarias, de tal modo que cada una de ellas tiene una propia original e inconfundible fisionomía y al mismo tiempo cada una de ellas se pone en relación con las otras y a su servicio" ( cf. CFL, nº.55).