Los diecinueve años del P. Dehon como director de colegio han sido poco investigados y estudiados. No obstante, estos años forman la mayor parte de su participación en el apostolado directo. En 1871, el P. Dehon inició su apostolado como vicario parroquial de la Basílica de Saint Quintin, de la Diócesis de Soissons. Esta función duró hasta fines de 1877. Desde entonces, el P. Dehon es fundador de la Congregación de los Oblatos del Sagrado Corazón y del Instituto San Juan. Sigue siendo director en funciones hasta 1892 y director legal hasta 1896. Durante este mismo período, el P. Dehon con su amplia gama de intereses, su increíble capacidad de trabajo y su inquietud apostólica, ha participado en muchos movimientos, actividades e iniciativas de la Iglesia en Francia. A partir de 1892 y después, en 1896, su función de Fundador y Superior General van exigiendo cada vez más su poco tiempo disponible. Es a la vez el tiempo en que empieza su período de escritor.
Los 15 ó 19 años de Director del Colegio necesitan ser estudiados más a fondo. El padre Dorresteijn scj en su libro "Vida y Personalidad del Padre Dehon" ha dedicado algunos capítulos a su obra educativa. En otras biografías se pasan por alto estos años escolares. Muchas de las preguntas y dudas que surgen en la Congregación en cuanto colegios y educación, provienen del desconocimiento de estos años. Sería muy útil que alguien tuviera tiempo para iniciar el estudio sistemático de estos años en la enseñanza del P. Dehon.
Esta mañana quiero presentarles un bosquejo de diferentes datos, aún incompletos, que he podido recoger de diversas obras y documentos que están a nuestra disposición. Servirá como una primera introducción en este tema.
Cuando estudio el apostolado del P. Dehon, cualquiera que sea éste, es indispensable, para poder entender su razón de ser, estudiarlo con la espiritualidad dehoniana como fondo.
Entrando en el apostolado, el P. Dehon muy pronto tiene claro que hay que trabajar y luchar por el Reino del Sagrado Corazón. Este concepto del Reino del Sagrado Corazón es para el P. Dehon algo fundamental: Quiere decir: El Reino de Dios que Cristo Jesús vino a implantar en la tierra y que se ha manifestado en Jesús es un Reino de Amor, un Reino que viene a reparar o restaurar el daño que el hombre pecador ha causado al plan maravilloso, que Dios ha proyectado para el hombre. Para el P. Dehon la Revolución Francesa y las luchas religiosas de los liberales y masones de su tiempo, son signos de esta decadencia, de estos daños que se han causado al Reino de Dios. El quiere que se restaure el señorío de Cristo en las almas y en la sociedad. Cristo debe reinar en todos los terrenos de la vida.
Para el P. Dehon, el costado abierto y el Corazón traspasado del Salvador son la expresión más evocadora de una amor, cuya presencia activa experimenta en su propia vida. Para que Cristo reine en las almas y en la sociedad, el P. Dehon opina que se necesita una verdadera renovación de la pastoral. Esta idea es otra línea conductora que constantemente descubrimos en los escritos del P. Dehon. "No debemos quedar encerrados en la sacristía" o despacho parroquial sino ir adonde esté la gente, donde trabaja, donde lucha o sufre, en la fábrica o en las oficinas, en los sindicatos, en la escuela, en la casa, en los patronatos, siempre es necesario ir donde se encuentre gente, el pueblo de Dios.
Padre Dehon no opta por una determinada pastoral o por una determinada obra, sino muy pragmáticamente busca otras obras que el momento histórico, el tiempo o lugar donde vive, necesita. Va a ser como expresión de su fe en la Providencia de Dios, que en cada momento indique lo que hay que hacer. Eso explica la variedad de obras que él y su Congregación al principio emprenden.
Cuando el joven Dehon sale de Roma con sus títulos tiene en mente, dada su excelente preparación académica: abogado, doctor en filosofía y teología y doctor en derecho canónico, un apostolado científico y universitario, aprovechando así al máximo la preparación recibida. Busca su participación para mejorar el nivel académico de los seminarios en Francia que sì proporcionaban una buena formación, ascética y piadosa, pero a nivel teológico se encontraban bastante atrasados. Maliciosamente se dijo de los mismos: "Cualquiera enseña cualquier cosa".
Durante bastante tiempo, ya se estaba pensando en Francia fundar una Universidad Católica, una universidad donde se enseñara la Doctrina Romana, a buen nivel, para contrarrestar las tendencias galicanas y promover una pastoral más acorde con la época. El P. Dehon tiene contactos con el padre Manuel D'Alçon, fundador de los Asuncionistas, quien piensa y busca en esta línea; se escribe con Monsieur Hautcour que prepara la fundación de la universidad de Rijssel y le ofrece enseñar varias asignaturas en la facultad de Teología. Piensa, en un momento dado, de entrar en la congregación del Espíritu Santo para suceder al padre Freyd, el rector del Colegio Francés Sta. Clara en Roma, que está ya anciano y ve en el P. Dehon un candidato apropiado.
El joven Dehon claramente está pensando en un profesorado, una vida de estudio y oración, en un apostolado que forme a los futuros líderes católicos en Francia. La inseguridad en cuanto a la dirección que ha de tomar y la poca claridad de su propia conciencia, no ve claro cual es la voluntad de Dios, le hacen decidir "ponerse a disposición" de su obispo, el anciano prelado Mgr. Dours que le recibe con mucho cariño y alegría. El P. Dehon es nombrado vicario parroquial, séptimo vicario de la Basílica de Saint Quintin; una pequeña ciudad industrial de alrededor de 30.000 habitantes. Los primeros años de su vida pastoral son un mosaico de actividades; crea obras que en este momento cree necesario y que forman una cadena creciente. Por otro lado, le acosa la permanente inquietud: que lo que está haciendo no es lo que quería. Busca una vida de profunda espiritualidad: la unión permanente con el Señor en el amor. Piensa que está perdiendo la excelente preparación académica que ha recibido. Trata de desprenderse de sus obras y adquiere cada vez más la convicción que Dios quiere algo distinto de él. Son años muy fructíferos en actividad apostólica. Su ideal es restaurar el Señorío de Cristo, el Reino del Sagrado Corazón y ve así que es necesario hacer frente a algunos grandes problemas y lo hace con los medios nuevos que se están descubriendo y aplicando en la Iglesia de esta época.
Al joven obrero lo apoya y le ayuda con el sistema de patronato, donde se le forma, se le acerca a la Iglesia, lo que para el P. Dehon es muy importante, y solucionar sus problemas prácticos en cuanto sea posible: El patronato se inició, en la pieza del P. Dehon en la casa parroquial, pero luego dispondrá de locales propios: Parece que el P. Dehon tenía el don de entusiasmar a otros, para que le ayudaran con tiempo y medios económicos. Se da cuenta que no sólo los obreros jóvenes están necesitados de una pastoral apropiada, sino también los obreros adultos, los empresarios y patrones. Ve la urgencia de abrir la visión del futuro clero para que entiendan la problemática moderna y puedan dar su aportación. Quiere que descubran las razones que hacen que los obreros se alejen de la Iglesia. P. Dehon enfoca el mismo problema de diferentes ángulos: pastoral para los obreros, para los jóvenes trabajadores; congresos y jornadas de estudio con el clero; sesiones con los empresarios; organiza clubes sociales y religiosos para los futuros empresarios y dirigentes, estos últimos unidos a la Conferencia de San Vicente. A estos jóvenes les da 20 instrucciones sobre los problemas del momento. En los congresos enseña, apoya, anima y abre nuevos campos. Sus escritos sociales y económicos desean ser material de estudio y discusión. Así se ve como en el P. Dehon hay a todas luces un maestro, un profesor. No olvidemos que Padre Dehon desde joven, tanto en París, como, en Roma y ahora en Saint Quintin, se dedica, a la enseñanza del catecismo. Según testigos tenía un contacto con niños y jóvenes y sabía cautivar su atención, lo que mantuvo durante toda su vida.
No pertenece al tema la génesis de la Congregación. Lo damos por sabido. Pero la Congregación nació junto con el Colegio, desde la fundación del Colegio del colegio Mgr. Thibaudier autoriza al P. Dehon iniciar su Congregación bajo la forma de un colegio. Esta idea no viene caída del cielo. Recordamos que, en 1871, el P. Dehon al llegar a Saint Quintin, tenía el plan para responder a las necesidades pastorales del lugar, de fundar el patronato, un diario católico y un colegio católico. Esto quiere decir, que desde hacia años, estaba pensando en crear un colegio. El primer biógrafo del P. Dehon, Ducamp opina que el mismo P. Dehon había sugerido la idea al Obispo. Sobran razones para pensar que está en lo cierto, aunque el P. Dehon le atribuye, por razones internas, al Obispo.
El 25 de junio de 1877 da el permiso oral. El P. Dehon no espera ya. Se pone en contacto con un cierto señor Lecompte, que tiene un internado, y logra un acuerdo para poder disponer del edificio con posibilidad de compra. El 4 de agosto es presentado como el nuevo superior y dicta su programa acerca de la educación cristiana, su fin, medios, métodos y frutos. El 15 de agosto se instala en el Colegio. Busca de todos lados a sus profesores. Les da en septiembre un retiro y el Colegio empieza a funcionar con muchos signos prometedores. El nuevo colegio recibe como nombre: INSTITUT SAINT JEAN, San Juan es el discípulo bienamado de Jesús, y es puesto como ejemplo a los alumnos: una unión íntima con el Señor y trabajar por el ideal de Jesús: el Reino de Dios. El Fundador ha tomado al mismo Santo como patrono de su vida religiosa y toma el nombre: Jean du Sacré-Cœur. Como insignia y logotipo se tiene el Aguila, distintivo y característica de San Juan en la hagiografía. El lema en un francés antiguo es: "Monte, sans forligner" (Sube sin desviarte o sin degenerar; recuerdan el mito del águila).
Llama la atención que el inquieto P. Dehon tan lleno de actividades, se entierra en cierto modo en las actividades rutinarias que suelen ser la mayor parte de la vida de un colegio. Por otra parte buscaba una vida menos agitada y, de más paz para dedicarse a la vida espiritual que para él es la base y condición sine qua non de un apostolado fértil. Si lo encontró es otra pregunta. Su motivación más profunda es que según su opinión, "el colegio católico se enfrenta al problema social en la raíz". Piensa que formando en su colegio hombres para la vida social, económica, intelectual a industrial, que estén imbuidos de la justicia y amor social y que estén dispuestos a ponerlos en práctica, solucionaría muchos de los problemas existentes.
Junto con el colegio funda la Congregación y desde el colegio va a atender "La Maison du Sacré-Cœur", una casa recién comprada para la formación de los novicios.
Para fijarnos que importante fue el Instituto San Juan para el P. Dehon; recordemos el hecho que compró San Juan con su propio peculio y que durante tiempo fue gastando de sus propios bienes recibidos de la herencia de sus padres. San Juan, durante la persecución religiosa en Francia no fue confiscado, pues fue considerado posesión personal del ciudadano Dehon. Aún después de haber dejado la dirección en los años 1913 y después de la primera guerra mundial, cuando el colegio fue destruido por el bombardeo, el P. Dehon busca la manera de encontrar fondos para su reconstrucción. Hasta 1903 había gastado de sus propios fondos, 800.000 francos.
Además, llama la atención que pronto entrega sus otras obras, pero sigue siendo director de San Juan.
Podemos preguntarnos: ¿cómo fue el P. Dehon como director de colegio? No ha sido muy estudiado este aspecto. Lo que pretendía se aprecia en el discurso programático de 1877, traducido y estudiado por don Marcelo Mora. Su idea es clara, el colegio quiere formar laicos comprometidos con el amor y la justicia.
En cada día del colegio existen datos entregados por el P. Dehon mismo. En 1920 el P. Dehon en una especie de álbum recordatorio, escribe una introducción. El ya anciano P. Dehon pocos años antes de su muerte, recuerda con juvenil entusiasmo la vida de su Colegio. Habla de tres aspectos: de la vida académica, del ambiente familiar del Instituto San Juan y de la formación religiosa.
En cuanto a la actividad académica, el P. Dehon cuenta que los cursos se organizaban en bandos para obtener la máxima puntuación. El jefe de cada grupo registra los puntos y el Superior proclamaba cada semana los lugares obtenidos. Las mejores composiciones son copiadas en un libro de honor. En la revista del colegio: "El Águila de San Juan" editada por la Conferencia de San Vicente para juntar fondos, publica los nombres de los ganadores y los mejores trabajos. Cada año hay distribución de premios, amenizada con teatro y cantos. Los sábados hay sesiones académicas "Sabatinas" con declamaciones, poesía y exámenes. Agrega el P. Dehon: "¡Qué años más hermosos de trabajo intelectual que formaban verdaderamente hombres, pues enriquecieron su espíritu y se animaban con ganas de trabajar !"
San Juan se caracterizaba, según el P. Dehon, por un auténtico espíritu y ambiente familiar: los profesores y los alumnos vivían para su Colegio. Como ejemplo, cita que el alumno que había obtenido durante cuatro semanas el primer lugar en composición, almuerza los domingos con los profesores, y si lo obtenía por quinta vez, acompaña al Padre Dehon en la cena dominical en la casa del Decano de la ciudad. Con verdadera alegría, el P. Dehon evoca las fiestas del Colegio: San Nicolás, San Juan, Carnaval y San León, día de paseo, de juegos y de picnic.
Lo mejor para el P. Dehon fue la formación religiosa. No olvidemos que era un internado, de modo que hubo más posibilidades de organizar una vida religiosa diaria. Cada mañana el Superior hacía una pequeña exhortación, seguida por la celebración de la Eucaristía con canto y lectura espiritual. A las 5 de la tarde el superior tenía charlas con los alumnos. En octubre, se realizaba el retiro anual. Había una congregación mariana y para introducir a los alumnos en la acción social, una Conferencia de San Vicente.
Uno quisiera saber cómo actuaba el P. Dehon dentro del colegio y qué impresión causaba a los alumnos. Hay un testimonio de Mgr. Binet que dice que la primera impresión era que el P. Dehon era un poco reservado, intimidaba algo, pero su cortesía y su bondad atenta, hacía cambiar pronto esta primera impresión. "El gran éxito de San Juan", dice uno de sus sucesores como director el P. Dequin, "Se debe básicamente a las cualidades personales de su Superior: una brillante inteligencia, una cortesía aristocrática, gran don de gentes, una cultura amplia, conversación cautivante y una gran cordialidad gana a todos con quienes contactaba. Con su espíritu amplio y su gran corazón, no se inquietaba mucho con los problemas normales de la disciplina. Su método de dirigir el colegio descansaba sobre todo en la mutua confianza y dejaba mucha libertad".
Su sistema era confianza, autoformación y autodisciplina.
Los exalumnos hablan con mucho afecto del canónico P. Dehon, "Monsieur Le Superieur", con su cariñosa y paternal actitud para con los alumnos. Hablan del cariño paternal de nuestro "querido maestro". Este cariño es mutuo. P. Dehon habla en diversos escritos y cartas con igual afecto de sus exalumnos.
San Juan ha tenido sus dificultades y problemas. El Colegio por su nexo íntimo con el P. Dehon y la Congregación debe haber sentido el impacto del "Consumatum est", el momento en que Roma suprimió la Congregación. Una vez informada, cambio pronto la sentencia tan dura. Mgr Thibaudier temía con o sin razón, que el P. Dehon descuidara un poco el Colegio por las preocupaciones de esta Congregación recién fundada. Y por supuesto, como todo colegio, también San Juan ha tenido sus propios problemas internos.
El Padre Dehon sigue siendo director activo hasta 1892, año en que fue reemplazado por l' Abbé Mercier. Legalmente siguió director hasta 1896. Aún en estos años, cuando era sólamente director legal, visitaba algunos días por semana el Colegio.
¿Por qué dejo el P. Dehon en 1892 el Instituto? Fue el resultado de una serie de acontecimientos y causas más bien ajenas al Colegio.
El sucesor de Mgr Thibaudier no tenía aparentemente el mismo aprecio al P. Dehon, debido en primer lugar a un problema interno en la Congregación, donde algunos pensaban que el P. Dehon se alejaba del plan original de la fundación: reparación, inmolación, víctima, que dedicaba demasiado tiempo al apostolado y dispersaba las fuerzas disponibles. Es también la época de muchas dificultades en la primera misión en Ecuador, donde algunos padres son expulsados por la masonería ecuatoriana. Uno de los padres opositores tenía mucho acceso e influencia con el Obispo. Se han estudiado bastante las relaciones del P. Dehon con los sucesivos obispos de Soissons y con el clero diocesano. En cierto modo era un extraño, con una formación romana bastante distinta a la de Francia con sus ribetes galicanos. No era aceptado co-mo colega del clero local por haber venido de fuera. Al llegar fue nombrado séptimo vicario parroquial; a los pocos años fue nombrado canónigo honorario y rápidamente promovido a la segunda y primera vicaría de la Basílica de Saint Quintin. De hecho significaba de que otros fueron relegados, aun los más antiguos.
Sus actividades en los congresos sociales le causaba bastante oposición en Francia donde los católicos estaban políticamente muy divididos y politizados. Su búsqueda de nuevos caminos pastorales tampoco fue apreciado por todos. Se le acusaba también de que quería influir para trasladar la sede episcopal de Soissons a Saint Quintin. En los primeros textos de la Congregación, se hablaba de reparación por los pecados, especialmente por los del clero. Cosa muy común en esta época, pero que se prestaba para malas interpretaciones. Por lo demás, la envidia clerical siempre ha existido en la Iglesia. La chispa que hizo estallar una tempestad fue una falsa acusación contra el P. Dehon: de actividades indebidas con un alumno. Además se le acusaba que fuera demasiado débil y que no había suficiente discipli-na en el colegio. Visto todo eso, aunque más tarde quedo comprobado la falsedad de la acusación, el obispo decidió que el P. Dehon entregara al Abbé Mercier la dirección, que fracasó por ser demasiado es-tricto y severo. En julio 1896 renuncia el P. Dehon como director legal y es nombrado el P. Delloue miembro de la Congregación, como rector del San Juan.
Después de la renuncia del P. Dehon se produce como un retroceso en el colegio, pero en 1908 nuevamente comienza a florecer y logra un período de gloria. El P. Dehon salva al colegio de dificultades económicas, formando una comisión de exalumnos que ayudan en el futuro al establecimiento. Mgr. Binet lo convierte definitivamente en colegio diocesano con la esperanza que después de la persecución religiosa, la congregación se haría cargo de nuevo, lo que hasta ahora no ha ocurrido.
¿Fue San Juan una obra de la Congregación? Debemos recordar que élla nació como diocesana y que las obras eran diocesanas, predicaban misiones, atendían parroquias, reemplazaban a curas párrocos. Obras propias llegaron con las escuelas apostólicas, las misiones, una vez que la congregación recibiera la aprobación pontificia y por consiguiente, pudiera extenderse a otras diócesis. Muchos miembros de la congregación han trabajado en el Colegio, pero también desde el principio, laicos y clero secular.
En una de las primeras constituciones se manifiestan ciertas dudas sobre si los colegios son obras apropiadas para la Congregación dedicada a la reparación. El problema se centró en el Capitulo de Fourdrain de 1893. El P. Dehon en algún texto expresa duda, pero la duda es de carácter espiritual, tienen los miembros scj. que trabajan en el colegio suficientemente tiempo para la adoración, la oración y la vida espiritual? (San Juan es internado). Para ellos las constituciones dan reglamentos especiales. Las experiencias con otras obras van mostrando que el apostolado escolar no exige más tiempo que otros tipos de apostolado.
La Institución San Juan y otros colegios que la Congregación va fundando en muchas partes, son elementos del apostolado del Reino del Sagrado Corazón y de la visión social del Fundador como él mismo lo expresa: "el colegio debe formar los líderes de la nueva sociedad donde reine el Señor, los dirigentes, los futuros patrones". Por lo tanto el P. Dehon ve el colegio como un verdadero esfuerzo para atacar el problema social en la raíz. El apostolado educativo es una de las semillas que sembró el P. Dehon y que sigue brotando en la Congregación con igual derecho que las otras obras.
No debemos olvidar que la experiencia en fe del P. Dehon, la espiritualidad del Sagrado Corazón, el Reino de Dios, la reparación del daño causado en el mundo, la entrega total a esta misión en unión con Jesús son la base del trabajo apostólico en los colegios de inspiración dehoniana. El Padre Dehon dice que el Corazón de Jesús es decir, Jesús en su amor, es el punto de partida y la meta de la educación. "Nos dedicamos a la educación, porque queremos complacer así a Jesús". El resultado de nuestros trabajo debe ser: Formar el Corazón de Jesús en el corazón del niño. ¡¡OBRA EDUCACIONAL ES REPARACION!!.