Exposición del Santísimo Sacramento
Canto del Salmo 34, 72, 85 u otro himno apropiado.
Oración:
Todopoderoso y Eterno Señor, tu
eres el creador de todo y amas la paz, con nuestros hermanos y hermanas
dehonianos en todo el mundo
unimos nuestros corazones y mentes
en solidaridad con nuestros cohermanos
y el pueblo que vive en Congo.
Asístelos, ¡Oh, Señor!,
y ahuyenta la violencia, la rabia y el sufrimiento de sus mentes.
Protegelos del odio
y ayúdalos a restaurar
la paz y la tranquilidad en su tierra.
Toca nuestros corazones, ¡Oh, Señor!,
y destierra de nosotros todo lo que divide entre nosotros.
Haznos efectivos profetas del amor
y servidores de la reconciliazión,
de modo que podamos trabajar desde nuestra
sociedad
para ayudar a establecer tu Reino de justicia,
amor y compasión
en todo el mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.
Lectura: Ezequiel 34, 11-16
Porque esto dice el Señor: Yo mismo
buscaré a mis ovejas y las apacentaré.
Como un pastor cuida de sus ovejas cuando
están dispersas,
así cuidaré yo a mis ovejas
y las reuniré de todos los lugares por donde
se habían dispersado en día
de oscuros nubarrones. Las sacaré de en
medio de los pueblos, las reuniré
de entre las naciones y las llevaré a
su tierra; las apacentaré en los
montes de Israel, en los valles y en
todos los poblados del país. Las
apacentaré en pastos escogidos pastarán
en los montes altos de Israel allí
descansarán en cómodo aprisco, y
pacerán pingües pastos por
los montes de Israel. Yo mismo apacentaré a
mis ovejas y las llevaré a la majada,
oráculo del Señor. Buscaré a la
oveja perdida y traeré a la descarriada;
vendaré a la herida,
robusteceré a la flaca, cuidaré
a la gorda y robusta; las apacentaré como se debe.
Palabra de Dios
Reflexión en silencio
(Lo siguiente puede ser utilizado como reflexión u oración personal)
1. Al final de su vida, P. Dehon
mantuvo una especial atención en la misión del Congo.
Si contamos solamente las cartas aquí
conservadas en
los archivos de Roma entre los años
1918 y 1925 hay 56 escritas al
Obispo Grison. Para el P. Dehon la "hermosa
misión del Congo" (así dice
en 1912) es "una de las más maravillosas
misiones en el mundo" (tomado
de una carta con fecha 09.06.1918). "Entre
todos nuestros apostolados es
el más importante de la Congregación",
dice el P. Dehon un mes antes de
su muerte (NQ XLV 64, Julio de 1925).
2. Desgracialdamente, en la actualidad
nos faltan sacerdotes para
nuestras misiones. Hay mucha necesidad
en el Congo y Camerún está
pidiendo más también. Hay
miles y miles de almas que suplican por
sacerdotes en el Congo, y nosotros no
los tenemos. Es una pena. "Niños
llorando por pan, y no hay pan para ellos"
(Lam 4,4) (NQ XLIII 117,
Enero de 1920; cf. Cartas 20.01.1911,
13.07.1913, etc.)
3. Un verdadero sacerdote del Corazón
de Jesús será aquel que, siguiendo
el ejemplo de Cristo, olvida a sí
mismo, dedicando su vida sin mirar la
provincia, nación o frontera. (Cf.
31.07.1927 Carta circular, p. 130 [Monseñor Philipe]).
4. Monseñor Philipe escribió
varias cosas sobre la misión apostólica en
el Congo. "Los Sacerdotes del Corazón
de Jesús no fueron los
trabajadores que llegaron a la hora undécima."
"Si tomamos una visión
más amplia, esta misión
fue la salvación de una Congregación que apenas
estaba comenzando a volar. Una fuerte
rama alemana llena de promesas
estaba desarrollándose mientras
venían numerosas vocaciones de Bélgica,
Holanda y Luxemburgo. La Congregación
deseaba ser, desde sus orígenes,
un institución apostólica
activa." Una vez el Fundador, en la penumbra
de su habitación dijo a su Asistente:
"La gente se da cuenta de nuestra
debilidad y mediocridad; yo creo, sin
embargo, en los sacrificios hechos
por nuestros misioneros en el Congo. Eso
es lo que me conforta." Y
declaraba: "El Congo salvó la Congregación"
(Cf. Ricordi, p. 114)
(Tomado del libro de Frediani 1960 sobre
el P. Dehon)
5. Cuando los Sacerdotes del Corazón
de Jesús comenzaron la misión en
el Congo en 1897, fue llamada una "gran
misión de la Congregación". Los
primeros misioneros probaron su amor por
Cristo sufriendo muchasdificultades debido a los rigores del clima y las
privaciones
económicas.
Su labor generosa produjo mucho fruto y
en 1908 el P. Gabriel Grison, SCJ fue consagrado obispo. Pocos años
más tarde el territorio fue
dividido en dos diócesis: Ksangani
y Wamba.
La situación inestable en los primeros
años de la independencia del Congo trajo nuevos sacrificios.
Durante el mes de Noviembre de 1964, 28
misioneros de los Sacerdotes del Corazón
de Jesús fueron asesinados
mientras testimoniaban a Cristo; entre
ellos estaba el Obispo de Wamba,
Joseph Wittebols. También martirizaron
con ellos a varias religiosas.
El último don de sus vidas trajo
nueva vitalidad al Congo donde los
misioneros SCJ continúan a servir
al pueblo de Dios.
Preces comunitarias
La respuesta a las peticiones es: Haznos instrumentos de tu amor.
Bendito seas Señor, Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, por tu gran bondad nos has devuelto a la vida con una esperanza cierta, y nos
has hecho cooperadores en tu plan de salvación. Oremos:
Dios de toda gracia, nos has llamado en
Jesucristo para ser Pueblo Sacerdotal. En Él nos has hecho
piedras vivas para ofrecer sacrificios
espirituales. Oremos:
Acepta la oferta de nuestra vida en unión con el Corazón de Cristo, tu Hijo, al cual has hecho Señor y Esperanza de la humanidad: Oremos:
Acepta nuestra vida de oración, comunión y servicio en espíritu de amor y reparación. Oremos:
Acepta la actividad apostólica de tu Iglesia, el trabajo y las ilusiones de toda la gente, que sirvan para cooperar en la obra de la redención.
Oremos:
Acepta nuestro compromiso mutuo de amor y realización de la justicia. Que seamos capaces de amarnos unos a otros como Cristo nos ama. Oremos:
Acepta las dificultades y sufrimientos
del pueblo del Congo, especialmente de los pobres y los hambrientos, que
los gritos por la paz
y el final de la violencia sean escuchados.
Oremos:
Dios de toda bondad, completa tu plan de
amor en cada ser humano; haz de tu Hijo Jesús el corazón
de la humanidad y del mundo, la esperanza de
salvación par nosotros y para todo
el que escucha su voz.
Amen
Canto de Bendición
Oración
Señor Jesucristo, tu nos diste la
Eucaristía como memorial de tu sacrificio y muerte.
Haz que nuestra adoración del sacramento
de tu cuerpo y sangre
nos ayude y ayude al pueblo del Congo
a experimentar la salvación que
tu ganaste para nosotros
y la paz de tu Reino,
Tú que vives y reinas con el Padre
y el Espíritu, un sólo Dios,
por los siglo de los siglos. Amén.