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During his long association with the students of St. John's College in San Quentin, first as Superior and later as priest and friend of those who were his students, Fr. Dehon participated in all the meetings with former students until 1924.
What he offers is much like On-going Formation. What did he teach them? These meetings and lessons, which appear in the chronicles of these meetings of the alumni, will inform us of what especially was his intention since the establishment of St. John's Institute in San Quentin with the formation of the youth in that city.
I hope this small work will help, with Fr. Dehon's example, to guide our work and commitment with today's youth in our formation programs.
Rome, May 1, 2001
INAUGURATION OF ST. JOHN'S NEW BUILDING, May 18, 1924
Monsignor Delorme, vicar general, celebrated Solemn Mass assisted by Frs. Chateur and Jacquet. In the chair to the left was the Bishop of Soissons, Monsignor Binet. Also present were the vicars' generals Mennenchet and Parmontier, as well as the canons Rochausse, Delloue, Martigny, and Cronin. Fr. Dehon as well wore the garb of canons. Also present were the president and members of the Alumni Association.
During the banquet, Fr. Dehon spoke. In gratitude, he greeted Bishop Binet, who was recognized as the "Benjamin" of our Church superiors for the past 40 years. He held up St. John's with gratitude to the Bishop of Soissons, especially Monsignor Thibaudier, so kind and attentive like the rest of his successors. With fondness, he recalled the early years of St. John's-the heroic years when everything a sense of happiness. Harmony, ardor, and fervor existed for the welfare and mercy of the students. Some died prematurely with resignation and valor. Fr. Rigault, a worthy priest animated by deep faith, wrote some biographies that were moving and sensitive. We had prosperous years, in thanks to our trusting and caring families. The Institute had 170 boarders and 120-day students. Then came times of crisis and difficulty. The College experienced severe drops in enrollment when the interest in Classical Studies waned. Society opted for more professional training. But in these later years, studies in the Humanities recovered its esteem. The hope lives on that interest continues in this field since nothing else rises above the Humanities, Understood in a Christian sense, it forms elite, intelligent people and prepares men of courage. This was the reason for our success in the beginning. At St. John's, there was a spirit of vitality and praise for the emulation of spiritual exercises as well as the secular studies.
The early years were edifying. The students went to weekly confession on Saturday afternoons and made frequent communions. For the younger students, there was the Sodality of Mary. For the older students, St. Vincent de Paul Society existed. The members fulfilled their mission with seriousness. Bishop Mennechet, the vicar general, reminded us this morning that more than 30 students found their vocation at St. John's and were able to fulfill their aspirations in their call to priesthood. I am sure, recalled Fr. Dehon that the destiny of this house is in good hands. Our director loves the Institute by giving his body and soul to the work that is deep in his heart. He strives to maintain the Institute's fine traditions. It will be supported by the great kindness of our Bishop whose presence today gives witness to his concern for this house. Your simple and cordial kindness reminds me of Monsignor Thibaudier who, in 1899, before becoming archbishop of Cambrai, displayed a moving sign of his interest for St. John's. Visiting San Quentin before his leave, he said to me: "I have always loved our Institute. I suppose that the diocese of Cambrai has funds to support the bishop. I would like to give you my small savings as a gift to you." It is unnecessary to explain how his generosity affected me. In conclusion, he said, "I have confidence, Fr. Dehon, that Canon Rochausse, who loves St. John's and gives himself totally to this work, will help this Institute to know newer days of happiness and prosperity for the spiritual welfare of this special group of young people in Vermandois".
NOTE: Fr. Dehon did not attend the Alumni Association meeting on July 20, 1924, as the new statues were approved. His travels strained him from making frequent visits to the College.
Introducción
El P. Dehon durante su larga vida con los alumnos del Colegio S. Juan de S. Quintín, primero como Superior, y después como Padre y amigo de quienes habían sido sus discípulos participando en todas las asambleas que los antiguos alumnos realizaron hasta 1924.
Lo que él hace es como una Formación Permanente, ¿qué es lo que les iba enseñando?
Estas orientaciones y enseñanzas, que aparecen en las crónicas de estas asambleas de antiguos alumnos, nos lo irán diciendo, especialmente lo que él pretendió con la fundación del Instituto de San Juan en San Quintín, a través de la formación de la juventud de aquella ciudad.
Espero que este pequeño trabajo pueda ayudar, a ejemplo del P. Dehon, a orientar nuestro quehacer y compromiso con los jóvenes de hoy en nuestros centros de formación.
Roma, 1 de mayo de 2001
Inauguración del nuevo edificio del Colegio San Juan, 18 mayo 1924
Mons. Delorme, vicario general, celebró la Misa Solemne asistido por los abbés Chatelier y Jacquet. En el trono, a la izquierda, estaba el obispo de Soissons, Mons. Binet. Se encontraban también presentes los vicarios generales Mennechet y Parmentier, y los canónigos Delloue, Martigny, Rouchaussé y Crinon. También el P. Dehon llevaba los capisayos de canónigo. Presenciaron también la ceremonia el presidente y varios miembros de la Asociación de exalumnos.
Al P. Dehon le tocó hablar durante el banquete.
Comenzó saludando con gracia al Sr. Obispo Mons.Binet a quien gusto llamar "el benjamín de nuestros superiores eclesiásticos de los últimos cuarenta años".
Puso de relieve cómo el Instituto de San Juan siempre gozó de la benevolencia de los Obispos de Soissons, especialmente de Mons. Thibaudier, tan favorable y con tantas atenciones, y de su último sucesor. Recuerda con gozo los primeros años del San Juan, los años heroicos, en que todo era alegría. Existía tanta armonía, ardor, fervor para el bien y la piedad entre los alumnos. Algunos murieron prematuramente y con gran resignación y edificación; el abbé Rigault, éste muy digno sacerdote, animado de un gran espíritu de fe escribió de algunos sus biografías con conmovedor y cariñoso cuidado.
Tuvimos años prósperos, gracias a la simpatía y confianza de las familias. El Instituto llegó a tener hasta 170 internos y 120 externos.
Después llegaron períodos difíciles y críticos. El Colegio tuvo una notable disminución de alumnos cuando el interés por los estudios clásicos bajó y la gente optó por los estudios profesionales.
Pero en estos últimos años las humanidades han recuperado estimación y es de esperar que este interés se mantenga, pues, según los entendidos, nada supera a las humanidades, entendidas en sentido cristiano para formar las inteligencias y las personas de elite, para preparar hombres de valor. Por lo demás esta fue la razón de nuestro éxito inicial, en aquel tiempo. Había en San Juan una intensa vitalidad, una laudable emulación tanto para los ejercicios de piedad como para los estudios profanos.
Los primeros años fueron muy edificantes. Muchos alumnos practicaban la confesión semanal el sábado por la tarde y la comunión frecuente. Para pequeños y medianos una Congregación de Hijos de María muy viva, y para los mayores una Conferencia de S. Vicente de Paúl, cuyos miembros cumplían su misión con gran seriedad.
Y el Sr. Vicario General, Mons. Mennechet ha recordado esta mañana que, más de treinta jóvenes han encontrado en el San Juan su vocación y han podido desarrollar fácilmente sus piadosas aspiraciones que los han llevado al sacerdocio.
Estoy seguro, continuaba el muy reverendo P. Dehon, de que los destinos de esta casa están en buenas manos. El Sr. Director actual quiere al Instituto, se entrega en cuerpo y alma a esta obra que lleva en lo profundo de su corazón y que quiere mantener las buenas y saludables tradiciones. Será estimulado por la grande y efectiva benevolencia del Sr. Obispo, que nos ha dado hoy una prueba clara de su interés por esta casa.
Su bondad, sencilla y cordial, Monseñor, me recuerda la de Mons. Thibaudier, quien en 1889, antes de dejar la diócesis para tomar posesión del arzobispado de Cambrai, me quiso dar un signo conmovedor de su cariñosa preocupación por el Instituto San Juan.
Visitando S. Quintín, tuvo la bondad de despedirse de mí y me dijo: "He amado siempre a nuestro querido Instituto, y como supongo que la diócesis de Cambrai tiene recursos suficientes para asegurar el sustento a su arzobispo, he pensado en regalarle mis pequeños ahorros". Inútil es decir cómo me afectó y confundió este gesto tan cercano y esta generosidad delicada.
Tengo confianza, dijo al concluir, el muy reverendo P. Dehon, que con un buen director, el canónigo Rouchaussé, que ama al San Juan y se entrega totalmente a su misión, con la benevolencia tan señalada y efectiva del Sr. Obispo, el Instituto está llamado a conocer de nuevo días felices y prósperos para el bien espiritual de esta juventud querida del Vermandois".
Nota:El P. Dehon no asistió a la Asamblea de la Asociación del 20 de julio de 1924, en la que se aprobaron los nuevos estatutos. Viajar le costaba ya mucho y poco antes había visitado el Colegio
Nei lunghi anni con gli studenti del Collegio S. Giovanni a S. Quintino, prima come Superiore e più tardi come prete ed amico di quelli che erano stati i suoi studenti, P. Dehon partecipò a tutte le riunioni dei primi studenti fino a 1924.
Quella che lui offre è molto simile ad una Formazione Permanente.. Cosa insegnò loro? Questi incontri e lezioni che appaiono nelle cronache delle riunioni degli ex-alunni ci fanno conoscere quella che in modo speciale era stata la sua intenzione fin dalla fondazione dell'Istituto S. Giovanni a S. Quintino con la formazione della gioventù in quella città.
Spero che questo piccolo lavoro aiuterà, sull'esempio di P. Dehon, a guidare il nostro lavoro ed impegno con la gioventù di oggi nei nostri corsi di formazione.
Roma, 1 maggio 2001
Inaugurazione del nuovo edificio del Collegio San Giovanni, 18 maggio 1924
Mons. Delorme, vicario generale, ha celebrato la Messa Solenne assistito dagli abbé Chatelier e Jacquet. Sul trono, alla sinistra, stava il vescovo di Soissons, Mons. Binet. Erano presenti anche i vicari generali Mennechet e Parmentier, ed i canonici Delloue, Martigny, Rouchaussé e Crinon. Anche il P. Dehon portava la mozzetta di canonico. Presenziavano alla cerimonia anche il presidente e vari membri dell'Associazione degli ex-alunni.
Al P. Dehon è toccato di parlare durante il banchetto.
Ha iniziato salutando gentilmente il Vescovo Mons.Binet riconosciuto come "il beniamino dei nostri superiori ecclesiastici degli ultimi quaranta anni".
Ha messo in rilievo come l'Istituto San Giovanni godette sempre della benevolenza dei Vescovi di Soissons, specialmente di Mons. Thibaudier, tanto favorevole e con tante attenzioni, e del suo ultimo successore. Ha ricordato con gioia i primi anni del San Giovanni, gli anni eroici, in cui tutto era gioia. Esisteva tanta armonia, ardore, fervore per il bene e la pietà tra gli alunni. Alcuni morirono prematuramente e con gran rassegnazione ed edificazione; l'abbé Rigault, questo degnissimo sacerdote, animato da un gran spirito di fede scrisse le biografie di alcuni, con commovente ed affettuosa attenzione.
Ci furono anni prosperi, grazie alla simpatia e alla fiducia delle famiglie. L'Istituto arrivò ad avere fino a 170 interni e 120 esterni.
Poi arrivarono periodi difficili e critici. La Scuola ebbe una notevole diminuzione di alunni quando l'interesse per gli studi classici scese e la gente optò per gli studi professionali.
Ma in questi ultimi anni gli studi umanistici hanno recuperato stima e c'è da sperare che questo interesse si mantenga; perché, secondo gli esperti, niente supera gli studi umanistici, in senso cristiano, per formare le intelligenze e le persone di élite, per preparare uomini di valore. Del resto questa fu la ragione del nostro successo iniziale, a quel tempo. C'era nel San Giovanni un'intensa vitalità, una lodevole emulazione tanto per gli esercizi di pietà che per gli studi profani.
I primi anni furono molto edificanti. Molti alunni praticavano di pomeriggio la confessione settimanale il sabato e la comunione frequente. Per piccoli e medi era molto viva una Congregazione dei Figli di Maria, e per i più grandi una Conferenza di S. Vincenzo de' Paoli i cui membri compivano la loro missione con gran serietà.
Ed il Sig. Vicario Generale, Mons. Mennechet ha ricordato questa mattina che, più di trenta giovani hanno trovato nel San Giovanni la loro vocazione e hanno potuto sviluppare facilmente le loro pie aspirazioni che li hanno portati al sacerdozio.
Sono sicuro, continuava il P. Dehon, che i destini di questa casa stanno in buone mani. Il Sig. Direttore attuale ama l'Istituto, si dà corpo ed anima a questa opera che porta nel profondo del suo cuore e che vuole mantenere le buone e salutari tradizioni. Sarà stimolato dalla grande ed effettiva benevolenza di mons. Vescovo che ci ha dato oggi una prova chiara del suo interesse per questa casa.
La sua bontà, semplice e cordiale, Monsignore, mi ricorda quella di Mons. Thibaudier che nel 1889, prima di lasciare la diocesi per prendere possesso dell'arcivescovado di Cambrai, mi volle dare un segno commovente della sua affettuosa preoccupazione per l'Istituto San Giovanni.
Visitando S. Quintino, ebbe la bontà di salutarmi e mi disse: Ho amato sempre il nostro caro Istituto, e siccome penso che la diocesi di Cambrai abbia risorse sufficienti per assicurare il sostentamento al suo arcivescovo, ho pensato di regalarle i miei piccoli risparmi. Inutile dire quanto mi colpì e mi confuse questo gesto tanto caro e questa generosità delicata.
"Ho fiducia - disse concludendo, il P. Dehon, - che con un buon direttore, il canonico Rouchaussé, che ama il San Giovanni e si dà totalmente alla sua missione, con la benevolenza tanto effettiva di mons. Vescovo, l'Istituto sia chiamato a conoscere nuovi giorni felici e prosperi per il bene spirituale di questa gioventù cara del Vermandois".
Nota: P. Dehon non assistette all'Assemblea dell'Associazione del 20 luglio 1924, nella quale si approvarono i nuovi statuti. Viaggiare gli costava già molto e poco prima aveva già visitato la Scuola.
Era uma espécie de formação permanente para aqueles ex-alunos.
Esta série de relatos sobre estas reuniões, apresentando suas atas, mostram a preocupação do Fundador para com os jovens e sua formação cristã.
Roma, 1º de maio de 2001
Inauguração do novo prédio do colégio São João; 18 de maio de 1924
D. Delorme, vigário geral, celebrou a Missa, auxiliado por P. Chateure P. Jacquet. O bispo de Soissons estava presente, bem como os vigários gerais Mennenchet e Parmontier e os cônegos Rochausse, Delloue, Martigny, e Cronin. P. Dehon trajava a indumentária de cônego que era. O presidente de Associação dos ex-alunos também compareceu.
P. Dehon falou durante o banquete. Começou saudando o Bispo, o qual alcunhou de "benjamim de nosso superiores eclesiásticos".
Enfatizou que o Colégio sempre gozou da estima dos bispos, especialmente de D. Thibaudier e de seu último sucessor. Lembra os primeiros anos, quando tudo era alegria, harmonia, fervor e piedade entre os alunos. Alguns morreram prematuramente. P. Rigault escreveu alguns biografias destes ex-alunos.
"Tivemos anos prósperos graças ao apoio e à confiança das famílias. O instituto chegou a ter 170 internos e 120 externos. Depois vieram períodos difíceis e críticos. O colégio perdeu muitos alunos quando o interesse foi desviado para a formação profissional em prejuízo dos estudos clássicos.
Nos últimos anos, as humanidades recuperaram terreno e espera-se que esta tendência se mantenha, pois é o melhor caminho para se formar bons cristãos, homens de escol e de valor. Este foi o motivo do sucesso inicial. Havia no São João intensa vitalidade, esmero na piedade e na dedicação aos estudos.
Os primeiros anos foram muito edificantes. Muitos alunos se confessavam semanalmente e comungavam com freqüência. Havia uma Congregação de Filhos de Maria e a Conferência Vicentina, ambas vivas e atuantes.
O vigário geral, Mennechet lembrou esta manhã que mais de trinta jovens encontraram sua vocação no São João ao sacerdócio e nela a cultivaram.
Tenho certeza que os destinos desta casa estão em boas mãos. O atual diretor dedica-se de corpo e alma na preservação de suas boas tradições. Contará com o estímulo do Bispo, que tanto provou seu interesse pelo colégio.
Sua bondade, simples e cordial me faz lembrar D. Thibaudier, que, em 1989, ao deixar a diocese para tomar posse em Cambrai, deixou bem clara sua devoção a este Instituto. Veio visitar o colégio para despedir-se e disse: 'Sempre amei nosso querido instituto. Na certeza de quer o Arcebispado de Cambrai tenha condições de manter seu bispo, deixo aqui minhas economias".
Sei que o que o cônego Rouchassé ama o São João e a ele dedica-se. Desta forma o colégio pode voltar a conhecer seus melhores dias para o bem espiritual da juventude de Vermandois".
Nota: P. Dehon não esteve presente na Assembléia de 20 de julho de 1924 na qual foram aprovados os novos estatutos. Era-lhe difícil viajar.