During his long association with the students of St. John's College in San Quentin, first as Superior and later as priest and friend of those who were his students, Fr. Dehon participated in all the meetings with former students until 1924.
What he offers is much like On-going Formation. What did he teach them? These meetings and lessons, which appear in the chronicles of these meetings of the alumni, will inform us of what especially was his intention since the establishment of St. John's Institute in San Quentin with the formation of the youth in that city.
I hope this small work will help, with Fr. Dehon's example, to guide our work and commitment with today's youth in our formation programs.
Rome, May 1, 2001
NINETEENTH MEETING OF THE ALUMNI ASSOCIATION FROM ST. JOHN'S COLLEGE-
In his address, Fr. Dehon recalled the history of St. John's. It was solely established with the supernatural understanding to do well for France, diffusing the fruits of Christian education. He said: "We have known trials, some coming from Divine Providence like the fire and illnesses; others were through human hands like the competitions and threats of '80. This was only the beginning. The struggle which is agonizing now, prepares us for days to come that will be more difficult. We do not laugh at the trials. Our Lord also bore his trials and he himself said that the disciple is not greater than the master. But we have also had many days of glory.
Who does not remember the outings to Liesse, etc…our happy celebrations of the Sacred Heart at St. John's, the distribution of awards, the joyous times when the town of San Quentin filled the halls of St. John's to applaud us, the artists of the day? Since we have had times of joy, we must also accept the times of pain. This is not the time when the boat is sinking because of the storm but the moment when they double their efforts to save it from danger. This ship is St. John's. God asks us to pilot the ship and guide you as well who were passengers in the days of calmer waters. Let us be faithful in the trial and not abandon the ship so that together we confront this danger.
But, how? First, with an irreproachable life, giving testimony to high honor, showing that we are committed Christians. Let people see the good fruits that our work has produced. Doesn't this display the excellence of our work? Then through social action, propaganda, each one according to their abilities, reinforcing our rights, our liberty: the sacred right to educate the children, the freedom to teach. There is no need to become revolutionaries but involved, and bravely active. Finally, through prayer. The Lord said to his disciples in the Garden of Olives: Stay awake and pray! Pray to God, intercede for the Church and for our sacred freedoms. Let us pray and act united and with this double union of prayer, we will conquer for God's glory and for the salvation of France."
At the end of the meal, Mr. Ravinet spoke: "St. John's is our common home. Here we were small plants that grew under the warm sun of the master, the good gardener who was able to say this morning to us, 'I have planted you like the chosen vine'. The presence of our fine friend makes our celebration complete. He has been for us a spiritual father, a discreet confidante, a wise and prudent adviser. It is a joy to see him preside at our celebration. It is possible that each one of us could respond like the pilgrims on the road to Emmaus, after the divine banquet: "Were not our hearts burning within us?…"
Once again, Fr. Dehon spoke. In an elegant manner, he showed the need for unity in the defense of moral and religious issues. He asked that groups be formed locally to begin savings accounts and accounts to offer mutual assistance to others. He recommended to the Catholics a life that was serious, austere, and insisting on apostolic efforts that would bind them together.
Fr. Dehon noted in his diary of 9/28/1902: "the 28th is a meeting with the alumni from St. John's. There are forty from each generation. This is a small jubilee for St. John's. The college was established 25 years ago. It is also 25 years, 9/8, that the first Mass was celebrated. I was the Vicar and had in my charge a part of their souls. I saw the need for a school, an orphanage, a newspaper, etc. I helped start these efforts with fearless courage. People said that I was crazy. It seems to me that I was devoured by the zeal that I felt. Good years purchased with crosses. The work, now languishing, must be let go. Others believe that it is a pastoral compromise which I do not judge." (NQ XVIII, 19-20).
Introducción
El P. Dehon durante su larga vida con los alumnos del Colegio S. Juan de S. Quintín, primero como Superior, y después como Padre y amigo de quienes habían sido sus discípulos participando en todas las asambleas que los antiguos alumnos realizaron hasta 1924.
Lo que él hace es como una Formación Permanente, ¿qué es lo que les iba enseñando?
Estas orientaciones y enseñanzas, que aparecen en las crónicas de estas asambleas de antiguos alumnos, nos lo irán diciendo, especialmente lo que él pretendió con la fundación del Instituto de San Juan en San Quintín, a través de la formación de la juventud de aquella ciudad.
Espero que este pequeño trabajo pueda ayudar, a ejemplo del P. Dehon, a orientar nuestro quehacer y compromiso con los jóvenes de hoy en nuestros centros de formación.
Roma, 1 de mayo de 2001
Decimanovena asamblea de la Asociación de los exalumnos del San Juan
En su discurso el P. Dehon recordó la historia del Colegio. Fue fundado únicamente con el pensamiento sobrenatural de hacer un bien a Francia, difundiendo los beneficios de la educación cristiana. Y dijo: "Hemos conocido pruebas, algunas venidas de la Providencia como el incendio y la enfermedad, las otras de los hombres como la competencia y amenazas del 80. Esto sólo fue el principio. La lucha que se agudiza ahora y según lo que se prevé, prepara jornadas más difíciles todavía. No nos reímos de las pruebas. Nuestro Señor Jesucristo también ha tenido las suyas y él mismo ha dicho que el servidor no está por encima del amo. Pero hemos tenido muchos días de gloria.
¿ Quién de nosotros no recuerda los paseos triunfales a Liesse, etc..., nuestras alegres fiestas del Sagrado Corazón del S. Juan, nuestras solemnes distribuciones de premios, nuestras alegres veladas en las que toda la ciudad de San Quintín se apretaba en el salón del Patronato de San José para aplaudiros, artistas de un día?
Pues bien, si hemos tenido parte en las alegrías, hay que aceptar también las penas. No es el momento cuando el barco se encuentra zarandeado por la tempestad que los marineros lo abandonan, sino que es el momento en que redoblan sus fuerzas para sacarlo del peligro. Este barco es el S. Juan. Dios nos pide a los pilotos que vigilemos al barco y a ustedes, que fueron pasajeros en días de mar en calma. Seamos fieles en las pruebas, no abandonemos el barco y todos juntos hagamos frente al peligro.
Pero, ¿con qué medios? En primer lugar con una vida irreprochable, testimoniando un alto honor, demostrando ser cristianos comprometidos. Hagan ver los buenos frutos que ha producido la obra. ¿No se demuestra con ello la excelencia de la obra misma?
Después por la acción social, por la propaganda, cada uno según sus posibilidades, reivindicando nuestros derechos, nuestra libertad: el sagrado derecho de educar a los hijos, la libertad de enseñanza. Para esto no es necesario ser revolucionarios sino activos, valientemente activos.
Finalmente, por medio de la oración. El Señor decía a sus discípulos en el Huerto de los olivos: "Vigilad y rezad". Rezad, rezad a Dios, pedid por la Iglesia y por nuestras libertades sagradas. Recemos y actuemos juntos, y con esta doble unión de oraciones venceremos a gloria de Dios y por la salvación de Francia".
Al final del almuerzo tomó la palabra el Sr. Ravinet: "S. Juan es nuestro hogar común. Aquí fuimos las pequeñas plantas que crecieron bajo el sol benévolo del maestro, del buen jardinero que ha podido decir esta mañana y con qué ternura: "Yo os he plantado como una viña escogida". La presencia de nuestro gran amigo hace que la fiesta sea completa. Es para nosotros el padre espiritual, el confidente discreto, el consejero sabio y prudente. Además en la alegría general de verlo presidir la fiesta, y seguro de interpretar los sentimientos de cada uno se puede exclamar como los peregrinos en el refugio de Emaus, después del banquete divino:"¿no nos ardía el corazón cuando conversaba con nosotros?..
A continuación el P. Dehon tomó la palabra de nuevo. En elegante improvisación demostró la necesidad de la unión para la defensa de los intereses morales y religiosos.
Pidió la formación de grupos locales: creación de cajas de ahorro, de mutualidades de ayuda. Recomendó a los católicos una vida seria, austera e insistió en los deberes apostólicos que atañen a cada uno.
Anota el P. Dehon en su diario el 28 septiembre 1902: El 28, reunión
de los exalumnos del S. Juan. Son unos cuarenta de todas las generaciones.
Es el pequeño jubileo del S. Juan. El Colegio fue fundado hace veinticinco
años. También hace veinticinco, el ocho de septiembre, celebré
aquí la primera Misa. Era Vicario y tenía a mi cargo una
parte de las almas. Veía la necesidad de un colegio, del patronato,
del diario, etcétera. realicé todo esto con un coraje casi
temerario. La gente del mundo decía que estaba loco. Me parece que
estaba devorado por el celo apremiante que sentía. Años bonitos
pero comprados con cruces. La obra, ahora languidece, a lo mejor se la
deja caer. Otros entienden de otro modo el compromiso pastoral, no los
juzgo"(NQ XVIII, 19-20).
Nei lunghi anni con gli studenti del Collegio S. Giovanni a S. Quintino, prima come Superiore e più tardi come prete ed amico di quelli che erano stati i suoi studenti, P. Dehon partecipò a tutte le riunioni dei primi studenti fino a 1924.
Quella che lui offre è molto simile ad una Formazione Permanente.. Cosa insegnò loro? Questi incontri e lezioni che appaiono nelle cronache delle riunioni degli ex-alunni ci fanno conoscere quella che in modo speciale era stata la sua intenzione fin dalla fondazione dell'Istituto S. Giovanni a S. Quintino con la formazione della gioventù in quella città.
Spero che questo piccolo lavoro aiuterà, sull'esempio di P. Dehon, a guidare il nostro lavoro ed impegno con la gioventù di oggi nei nostri corsi di formazione.
Roma, 1 maggio 2001
DICIANNOVESIMA ASSEMBLEA DELL'ASSOCIAZIONE degli ex-alunni del San Giovanni
Nel suo discorso P. Dehon ha ricordato la storia della Scuola. È stata fondata unicamente col pensiero soprannaturale di fare il bene della Francia, diffondendo i benefici dell'educazione cristiana. E dice: "Abbiamo conosciuto prove, alcune venute della Provvidenza come l'incendio e la malattia, le altre dagli uomini come la gelosia e le minacce dell'80. Questo è stato solo il principio. La lotta si acutizza ora e, secondo quello che si può prevedere, prepara ancora giornate più difficili. Non sottovalutiamo le prove. Anche Nostro Sig. Gesù Cristo ha avuto le sue ed egli stesso ha detto che il servitore non sta al di sopra del suo padrone. Ma abbiamo avuto anche molti giorni belli.
Chi di noi non ricorda le passeggiate trionfali a Liesse eccetera..., le nostre gioiose feste del Sacro Cuore del S. Giovanni, le nostre solenni distribuzioni di premi, le nostre allegre rappresentazioni in cui tutta la città di San Quintino si raccoglieva nel salone del Patronato di San Giuseppe per applaudirvi, artisti di un giorno?
Perciò, se abbiamo avuto dei momenti belli, ora dobbiamo accettare anche le pene. Quando la barca è agitata dalla tempesta i marinai non l'abbandonano, ma è il momento in cui raddoppiano le loro forze per tirarla fuori dal pericolo. Questa barca è il S. Giovanni. Dio chiede a noi piloti di vigilare sulla barca e di guidare voi che siete stati i passeggeri nei giorni di mare calmo. Siamo fedeli nelle prove, non abbandoniamo la barca e facciamo tutti insieme fronte al pericolo.
Ma, con quali mezzi? In primo luogo con una vita irreprensibile, testimoniando un alto onore, dimostrando di essere cristiani impegnati. Facciano vedere i buoni frutti che ha prodotto l'opera. Non si dimostra con ciò l'eccellenza dell'opera stessa?
Poi con l'azione sociale, con la propaganda, ognuno secondo le sue possibilità, rivendicando i nostri diritti, la nostra libertà: il diritto di educare i figli, la libertà di insegnamento. Per questo non è necessario essere rivoluzionari bensì attivi, coraggiosamente attivi.
Infine, per mezzo della preghiera. Il Signore diceva ai suoi discepoli nell'Orto degli olivi: Vigilate e pregate. Pregate, pregate Dio, intercedete per la Chiesa e per le nostre sacre libertà. Preghiamo ed agiamo insieme, e con questa duplice unione di preghiera vinceremo a gloria di Dio e per la salvezza della Francia".
Alla fine del pranzo prese la parola il Sig. Ravinet: "S. Giovanni è la nostra casa comune. Qui fummo le piccole piante che crebbero sotto il sole benefico del maestro, del buon giardiniere che ha potuto dire questa mattina e con che tenerezza: Io vi ho piantati come una vigna scelta. La presenza del nostro grande amico fa sì che la festa sia completa. È per noi il padre spirituale, il confidente discreto, il consigliere saggio e prudente. Inoltre nella gioia generale di vederlo presiedere la festa, e sicuro di interpretare i sentimenti di ognuno di voi possiamo esclamare come i discepoli di Emmaus, dopo il banchetto divino: non ci ardeva il cuore quando conversava con noi?…".
Poi il P. Dehon ha preso di nuovo la parola. Con felice improvvisazione dimostrò la necessità dell'unione per la difesa degli interessi morali e religiosi.
Chiese la formazione di gruppi locali: la creazione di casse di risparmio, di mutuo aiuto. Raccomandò ai cattolici una vita seria, austera ed insistette sui doveri di apostolato che concernono ognuno.
Annota il P. Dehon, nel suo diario, il 28 settembre 1902: "Il 28, riunione degli ex-alunni del S. Giovanni. Sono circa quaranta di tutte le generazioni. È il piccolo giubileo del S. Giovanni. La Scuola fu creata venticinque anni fa. Fa anche il venticinquesimo; l'otto settembre celebrai qui la prima Messa. Ero Vicario ed avevo a mio carico una parte delle anime. Vedevo la necessità di una scuola, del patronato, di un giornale, ecc. realizzai tutto questo con un coraggio quasi temerario. La gente del mondo diceva che ero pazzo. Mi sembra di essere divorato dallo zelo ardente che sentivo. Anni belli, ma segnati dalle croci. Ora l'opera languisce, forse si dovrà lasciar cadere. Altri credono che sia un compromesso pastorale, io non giudico"(NQ XVIII, 19-20).
Era uma espécie de formação permanente para aqueles ex-alunos.
Esta série de relatos sobre estas reuniões, apresentando suas atas, mostram a preocupação do Fundador para com os jovens e sua formação cristã.
Roma, 1º de maio de 2001
19ª Assembléia da Associação de ex-alunos do S. João
Em sua preleção P. Dehon lembrou a história do colégio. Foi fundado para dar educação cristã. "Passamos por provações, tais como incêndio e doenças, ameaças. A batalha torna-se mais aguda agora. Dias negros nos esperam. Tivemos momentos de glória. Quem não lembra os passeios a Liesse, as festas do S. Coração, os prêmios que eram distribuídos, os shows artísticos em que a população se comprimia no salão do colégio?
Se tivemos estas alegrias temos que aceitar as dores. Não é agora, com o barco ameaçando, que os marinheiros o abandonam. Deus nos pede que vigiemos e sejamos fiéis nas provações e não abandonemos o barco.
Como haveremos de lutar? Com uma vida irrepreensível, mostrando sermos cristãos comprometidos. Façamos ver os bons frutos que esta obra produziu. Não é este o melhor modo de mostrar o valor do colégio?
Temos também o trabalho social, a propaganda, a reivindicação de nossos direitos, cada um a seu modo, o sagrado direito de escolher a educação para os filhos. Não precisamos ser revolucionários, apenas ativistas.
Temos também a oração. 'Vigiai e orai', pela Igreja, por sua liberdade. Rezemos e atuemos juntos e teremos a salvação da França".
Após o almoço o sr. Ravinet tomou a palavra: "O São João é nossa casa comum. Aqui crescemos aos cuidados do bom mestre, do jardineiro que hoje pode dizer: 'Eu os cultivei como a uma vinha escolhida". A presença de nosso amigo completa a festa. Ele é nosso pai espiritual, nosso confidente, o conselheiro sábio e prudente. Na alegria de vê-lo entre nós e certo de interpretar os sentimentos de todos, pode-se exclamar como os peregrinos de Emaús; 'Não nos ardia o coração enquanto falava conosco?'"
P. Dehon tomou a palavra de novo e mostrou a importância de unir esforços para a defesa dos interesses morais e religiosos. Pediu a formação de grupos para criar cadernetas de poupança, cooperativas..... recomendou aos católicos uma vida séria, austera, e insistiu nos deveres individuais.
Em seu diário, P. Dehon anota, no dia 28 de setembro de 1902,
que uns 40 compareceram à reunião. "É um pequeno jubileu
do colégio, fundado há 25 anos atrás. Foi também
há 25 anos que aqui celebrei a primeira missa. Era vigário
cooperador. Eu via a necessidade de um colégio. Comecei com uma
coragem temerária. O zelo me devorava. Foram anos belos, marcados
por cruzes. Hoje, a obra decai. Os outros entendem diversamente o compromisso
pastoral" (NQ XVIII, 19-20).