Dondequiera que estamos descubrimos continuamente un mundo marcado por el mal a la vez que persigue el éxito de sus más profundas aspiraciones: a verdad, la justicia, el amor y la libertad.(Cf. Regla de vida, 36) Reconocemos que nuestra vocación es, como el Papa Juan Pablo II nos recuerda, "es siempre más actual, porque la sociedad de hoy necesita entrar en contacto con el Corazón de Cristo donde la paz, la serenidad, el consuelo y el perdón pueden encontrarse (06-14-1989). Viviendo nuestra vocación, es nuestro principal anhelo el dar testimonio de la primacía del amor en el mundo y así nos comprometemos sin reservas por una humanidad nueva en el Corazón de Cristo (cf. Regla de Vida, 39).Nosotros, los Sacerdotes del Corazón de Jesús normalmente nos presentamos como "Dehonianos" en referencia a nuestro Fundador, el Venerable, P. Juan León Dehon, un apóstol genuino del amor y de la reparación al Corazón de Jesús. Nos comprometemos a vivir y compartir el carisma, la espiritualidad y las obras del P. Dehon en la Iglesia y en el mundo.
Nuestra Congregación surgió en 1878 y se esparció rápidamente, procurando siempre responder a las expectativas religiosas y sociales del pueblo. Nuestra presencia en el mundo es todavía modesta si la comparamos con las necesidades urgentes de fe y salvación que la humanidad sufre. No obstante, con la ayuda del amor de Cristo y la maternal protección de María, consigue ser una presencia actual y eficaz en obras como: misiones, parroquias, movimientos especializados, colegios, pastoral juvenil, prensa y medios de comunicación social, apostolados sociales y promoción humana en favor de los pobres, la clase trabajadora y los marginados.
Dedicamos nuestra vida y nuestra energía al Señor para proclamar el Evangelio del Amor y servir nuestros hermanos y hermanas particularmente en aquellas situaciones y zonas que más difíciles y necesitadas. Nuestra experiencia religiosa es una misión y una propuesta concreta, un convite, para aquellos que se sienten animados por el Espíritu y dispuestos a donarse totalmente para que la Civilización del Amor se haga presente entre los hombres y surja el Reino del Corazón de Jesús.
"Os dejo el mayor de los tesoros, el Corazón de Jesús. Él pertenece a todos pero tiene una especial ternura por los sacerdotes consagrados a él y que se dedican completamente a su amor" (Testamento espiritual del P. Dehon)."Como discípulos del P. Dehon, queremos hacer de nuestra unión con Cristo y su Amor por el Padre y por los hombres, el principio y centro de nuestra vida" (Regla de Vida, 17).
En todo lo que somos y hacemos, en todas las situaciones y obras tan diversas, nosotros Dehonianos estamos llamados a insertarnos en un movimiento de amor redentor, en espíritu de oblación, para reconducir nuestra vida y la de la humanidad a sus orígenes: el Corazón de Dios.
La vocación dehoniana, centrada en el misterio del Corazón de Cristo, origen de la Iglesia, nos sitúa en el corazón de la propia Iglesia como "profetas del amor y servidores de la reconciliación." "Por su misma naturaleza, nuestro Instituto es un instituto apostólico: así, pues, nos dedicamos gustosamente al servicio de la Iglesia en sus diversas tareas pastorales" (Regla de Vida n.30).Nuestro auténtico servicio a la Iglesia está basado en una vida de oración y oblación. Esto se expresa a través de nuestro servicio a los últimos y a los pobres, nuestra actividad misionera, y nuestro trabajo en la formación de sacerdotes y religiosos. Con los signos de los tiempos y en comunión con la vida de la Iglesia, queremos contribuir a establecer el reino de justicia y caridad cristiana en el mundo. Nos empeñamos en que la humanidad, santificada por el Espíritu Santo, se convierta en Pueblo de Dios y oblación agradable al Señor. (Cf. Regla de vida, 31-32).
Somos unos 2300 dehonianos, entre sacerdotes y hermanos, esparcidos por el mundo trabajando en cinco continentes y 38 países.
Como congregación nos dividimos en provincias, regiones y distritos por razones de gobierno. Hay ya un buen grupo de provincias, regiones y distritos que tienen sus páginas en internet con información específica de nuestro trabajo en cada lugar concreto. Solo tienes que usar la página de vínculos para visitar otros sitios dehonianos.
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[30] "Por su misma naturaleza, nuestro Instituto es un instituto apostólico: así, pues, nos dedicamos gustosamente al servicio de la Iglesia en sus diversas tareas pastorales".[31]" Para el P. Dehon, pertenece a esta misión, en espíritu de oblación y de amor, la adoración eucarística, como un auténtico servicio a la Iglesia (cf. NQ 1.3.1893); también es propio de esta misión el
ministerio entre los pequeños y los humildes, los obreros y los pobres (Cf. Souvenirs XV), para anunciarles la insondable riqueza de Cristo (cf. Ef 3,8).
Con relación a este ministerio, el Padre Dehon da una gran importancia a la formación de los sacerdotes y de los religiosos. La actividad misionera es para él una forma privilegiada del servicio apostólico.
En todo esto, él tiene la preocupación constante de que la comunidad humana, santificada por el Espíritu Santo, se transforme en ofrenda agradable a Dios (cf. Rm 15,16).
Este texto ha sido tomado de Nuestra Regla de Vida. Si estás interesado en saber algo más de nuestra espiritualidad y nuestro carisma puedes acceder desde aquí a nuestro sitio en Norte América que lo mantienen nuestros religiosos de Canadá y Estados Unidos, los cuales han publicado en la red todo el texto de la dicha REGLA DE VIDA.